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miércoles, 28 de octubre de 2015

El Templo griego



El templo es la tipología arquitectónica griega por excelencia. Los orígenes tipológicos del templo griego se encuentran en el megaron (sala central columnada) de la casa micénica, una sala rectangular precedida por un pórtico de columnas. Los templos más antiguos apenas se diferencian de las habitaciones de los hombres. Paso a paso, el templo se fue embelleciendo hasta alcanzar formas monumentales. Asimismo, los griegos asimilaron de Oriente el importante papel que estos pueblos concedían en sus edificios a la columna, con sus repertorios decorativos incluidos. El templo se convierte en el alma de la ciudad. El templo es la casa de un dios o, más exactamente, la casa de la estatua de un dios, donde los fieles nunca se reúnen en asamblea. Todo el ceremonial religioso se desarrolla fuera del templo.
Tras una serie de experimentos primitivos, se obtuvo la planta definitiva del templo, que se mantendría grosso modo constante durante todo el arte griego. El núcleo o elemento principal del templo lo forma una sala rectangular (cella o naos) que cobija la estatua del dios a quien el recinto está dedicado. Delante de la puerta de este recinto suele haber un pórtico (pronaos) con paredes laterales rematadas por dos pilastras (antae), una a cada lado del umbral. Cuando entre ellas existen columnas puede hablarse de “columnas in antis” o de “templo in antis”. Para rimar con el pronaos se construye en el extremo opuesto de la cella un pórtico (opistodomos), incomunicado con el templo. Los templos monumentales poseen además, pórticos de columnas, que unas veces lo rodean por los cuatro costados (templo períptero), y otras veces se reducen a la fachada principal (próstilo) o a la principal y a la del opistodomos (anfipróstilo). También existen templos pseudoperípteros, que presentan una organización similar al períptero, pero donde en lugar de columnas en sus fachadas laterales, presenta semicolumnas empotradas en el muro de la nave. E incluso templos dípteros, que son aquellos rodeados por una doble fila de columnas. Las columnas ubicadas frente al pronaos y al opistodomos se denominan peristilo, mientras que las que se ubican en los laterales del templo se llaman pteron. El pasillo existente entre el muro del templo y el pteron se denomina pteroma. Atendiendo al número de columnas de su frontispicio, el templo puede ser dístilo (dos columnas), tetrástilo (cuatro), hexástilo (seis), octástilo (ocho) y así sucesivamente. El templo se levanta sobre unas gradas denominadas estereóbato, y el nivel sobre el que se levantan las columnas se denomina estilóbato.
A juzgar por los escasos restos de color sólo determinadas partes del templo griego se pintaban regularmente, como el fondo de las metopas, frisos y pedimentos esculpidos que eran rojos o azules a menos que, como en la mayoría de las metopas, se dejaran en blanco. Las esculturas se pintaban en varios tonos. El fuste de las columnas y las paredes exteriores de la naos se dejaban en blanco y parece ser que así se hacía también con los capiteles, excepto cuando se recubrían con estuco. De este modo se usaba esculturalmente el color para acentuar las diversas partes del templo, debiendo de resaltar en gran manera su armonía y el efecto del conjunto.







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