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miércoles, 27 de octubre de 2021

Fundamentos del arte I. Decoración del Partenon

Esculturas del Partenón (Fidias, siglo V a.c.)

La mayor parte de la obra escultórica de Fidias no ha llegado a nuestros días por tratarse de estatuas criselefantinas (de oro y marfil) como el Zeus de Olimpia o la Atenea Parthenos. Sin pruebas que lo demuestren se le han atribuido las esculturas del Partenón ya que sabemos que actuó como director de las obras de remodelación de la acrópolis cumpliendo un encargo de Pericles. Es sin embargo evidente que la magnitud del proyecto hace inviable que la escultura del templo hubiera sido realizada por una sola persona. Hay que pensar por tanto en la intervención de un taller con varios maestros actuando bajo la dirección de Fidias el cual quizá habría ejecutado alguna de las obras. En todo caso, el espíritu clasicista de Fidias y algunos rasgos de su estilo, como  los "paños mojados", impregnan todo el conjunto.
Aunque ya hacia el año 460, bajo el gobierno de Cimón, tenemos noticias de  la actividad de Fidias, en concreto la ejecución de la monumental Atenea Prómachos, su gran hora llega cuando Pericles lo nombra epískopos de las  obras de la Acrópolis. El partenón albergará la estatua criselefantina de la diosa Atenea, asombro  de la Hélade, y que dio lugar a una tradición de esculturas con esta  técnica. Su coste ascendió a 700 talentos, el equivalente a lo que costaría  una flota de 230 trirremes; era –por otra parte– una forma de atesorar la  riqueza (al modo de los tesoros de las iglesias medievales). Sostenía en su  mano derecha la figura alada de una Victoria (todo el programa edilicio de  Pericles está enfocado en una doble dirección: cantar la Victoria contra el  bárbaro persa y celebrar al demos ático). En el anverso de su gran escudo se representa una Amazonomaquia, en su  reverso una Centauromaquia, y en los bordes de sus sandalias una  Gigantomaquia, variaciones sobre un mismo tema: el conflicto entre la  sophrosyne (inteligencia, prudencia, mesura) y la hibrys (soberbia,  desmesura, orgullo), entre civilización y barbarie. Este será también el leit motiv de las esculturas que decoraban el exterior del templo. La  estatua fue presentada en el año 438, con ocasión de las fiestas Panatenaicas; ese mismo año fue inaugurado el templo, que debía estar  completo hasta el techado.

El programa escultórico del Partenón  (15 años de duración: 447-42 ).

Frontones: (438-32) Conocidos por las  descripciones de Pausanias y los dibujos que John Carrey realizó en 1674, hoy se conservan escasos y mutilados restos (British Museum) algunos de los cuales han sido atribuidos al propio Fidias. A partir de estos testimonios se  puede intentar una reconstrucción del tema y la composición de estas partes del templo. En el frontón occidental se representaba la disputa entre Atenea y Poseidón por el dominio del Atica  (De  izquierda a derecha: Ilissos (?), Cécrops y su familia, carro de Atenea,  Atenea, Poseidón, carro de Poseidón, Familia de Erechteo, (?) y en el oriental el milagroso nacimiento de la diosa, surgida de la cabeza de Zeus. (De izquierda a derecha  encontramos las siguientes figuras: Cuadriga de Helios, Dionisos, Demeter y  Coré, Artemisa, Hera y su sirviente Iris, Hermes, Zeus, Atenea coronada por  una Niké, Poseidón, Apolo, Hestia, Dione y Afrodita (?), carro de Selene. Importante la inclusión de los carros “cósmicos” ya que suponen una novedad  frente a las típicas figuras acostadas de los vértices del frontón).
Metopas: Originalmente eran 92 aunque sólo han llegado a nuestros días 19 repartidas entre el Museo Británico y el propio templo. Se realizaron entre 447 y 442. 
Occidentales: Amazonomaquia, alternándose una metopa con una amazona  victoriosa con otra donde el vencedor es el griego. Orientales: Gigantomaquia. Norte: Escenas de la destrucción de Troya Sur: Centauromaquia. Es la serie mejor conservada. Desde el punto de vista estilístico, se puede decir que es una síntesis de  las corrientes que circularon durante el siglo V. Se ha observado que si las  metopas se hubieran encontrado separadamente y descontextualizadas, se  podrían haber datado, partiendo únicamente de datos estilísticos, entre 460  y 430. De hecho, en algunas se detecta el estilo severo, o incluso  la “mano” de Mirón, mientras que otras parecen delatar la intervención del  propio Fidias (S. I) . La mayoría de las conservadas pertenecen a la serie de la  Centauromaquia (la batalla entre los lapitas y los Centauros) entendida como una alegoría de la lucha entre griegos y persas, una victoria de la razón contra la fuerza, del orden frente al caos. En su elaboración se han distinguido tres manos: una probablemente del propio Fidias, otra de su discípulo Alcámenes y otra del llamado "maestro barroco del Partenón".
Friso: (444-32) Es la novedad más espectacular del Partenón ya que hasta su construcción, en ningún templo griego se había decorado con escultura el muro exterior de la naos. El tema representado es la procesión de las Panateneas que cada cuatro años se dirigía a la Acrópolis para hacer entrega a la diosa Atenea del peplo que las arréforashabían bordado para ella. El friso arranca desde el ángulo sudoeste en dos direcciones: hacia un lado el cortejo de las Panateneas y hacia el otro el de los jinetes. Ambos confluyen en la fachada oriental donde se encuentra la asamblea de dioses. Son en total más de 150 metros de friso de 1'02 mts. de alto que en la actualidad se encuentra repartido entre el Museo de la Acrópolis, el Museo Británico y el Louvre parisino. A pesar de haberse escogido un tema de la vida real y cotidiana (frente a la costumbre griega de recurrir a la mitología como metáfora de la realidad), el tratamiento de la obra no tiene nada de costumbrista. No son seres concretos los que allí se representan sino arquetipos, no es la procesión de un año determinado sino cualquiera de ellas, son seres intemporales, eternos, es, como decía Goethe, "un instante que dura toda la eternidad". [“el arte griego huía del caso concreto, de la persona individualizada, del momento preciso. Evitaba el  tiempo, el espacio y el sujeto. Era un símbolo. Para el romano era una  página de la Historia” García y Bellido]

Se lo ha calificado como “el más largo y solemne relieve votivo de la  historia” (L. Beschi). Representa, en un bajorrelieve de apenas 5 cm. de profundidad., la  procesión de las Fiestas Panatenaicas, a finales de verano, coincidiendo con  el cumpleaños de la diosa. Cada cuatro años, además, había una serie de  certámenes atléticos y ecuestres, además de la ofrenda de un nuevo peplo a  Atenea. la procesión de jinetes, carros, músicos, oferentes y animales que  serían inmolados avanzaba hasta la Acrópolis. 
 La procesión comenzaba en el friso oeste (Preparativos), para luego  dividirse en dos ramas, que caminaban por los frisos norte y sur. Allí se ven  los caballeros y los carros; ya casi llegando a la zona este, se agolpan las  figuras de los ancianos, los oferentes y los animales. En el friso este la  procesión finaliza: allí se encuentran los dioses, repartidos en dos grupos  de seis -a la derecha Atenea, Hefastos, Poseidón, Apolo, Artemis y Afrodita  con Eros; a la izquierda Zeus y Hera (acompañada de su mensajera Iris) Ares,  Deméter, Dionisos y Hermes junto a los dioses un posible grupo de héroes. Algo más allá las muchachas atenienses que avanzan. Entre los dos grupos de  dioses una muchacha y un niño portan el peplo.  Aunque la unidad estilística es mayor que en las metopas, los expertos (B.  Schweitzer, Alla ricerca di Fidia), detectan hasta cincuenta maestros con  sus respectivos talleres, existiendo, por lo tanto, una yuxtaposición de  estilos, aunque todo ello sabiamente coordinado por las directrices de Fidias. Lo más importante es la novedad del tema, con la participación democrática y  comunal de la polis en la fiesta de la diosa. John Boardman (The Parthenon and  its sculptures, Londres, 1975, apunta la posibilidad de que los 192 jinetes,  aurigas y hoplitas representen a los 192 héroes atenienses muertos en la  batalla de Maratón] .
Se ha dicho que este friso, situado a 12 metros de altura, sería de  dificultosa visión, ya que lo taparía el perístilo, por no hablar de la  escasa luz. Sin embargo, se ha demostrado en los últimos tiempos que un  espectador situado a unos 18 metros de los muros de la cella, podría verlo perfectamente; la brillante luz de Grecia compensaría la falta de luz  directa. Fidias, además, realizó correcciones ópticas, haciendo la parte  superior de las figuras en un relieve más pronunciado, previendo el punto de  vista del espectador.   
 El friso del Partenón es la obra maestra de la escultura griega, y la que  cautivó, desde que en el siglo XVIII comenzó a recuperarse el legado  fidíaco, la estética europea; en él pensaba Winckelmann cuando hablaba de  “la noble sencillez y la serena grandeza” del arte griego; en él se inspiró  Keats para su Odeon a Grecian Urn (“a  thing of beauty is a joy for ever”).

Estilo: En la composición dominan las verticales y un ritmo pausado que sólo se anima ligeramente en el cortejo de los jinetes. Aparecen recursos de variatio para romper la monotonía de la procesión sin destruir su unidad. La muchachas avanzan en fila pero sutiles variaciones en la postura y en el plegado de sus vestidos animan el conjunto. A pesar de la escasa profundidad real del bajorrelieve (5 cm), los artistas han conseguido plenamente la sensación de tercera dimensión por medio de composiciones en diagonal (asamblea de dioses), escorzos, y una adecuada disposición de las figuras. La técnica de los “paños mojados” que se pegan al cuerpo y dejan traslucir la anatomía aparece en la mayoría de las figuras y es la principal aportación estilística de Fidias.
La conquista del clasicismo, proclamada por la obra de Fidias en la  Acrópolis, debió parecer de tal envergadura que creó una especie de vacío a su alrededor. La visión formal de Fidias, la nitidez y autoridad de su  lenguaje debieron ser reconocidas inmediatamente como definitivas existiendo la sensación de que se había llegado al punto final del  camino y de que todo estaba ya dicho, como sucedió en el Renacimiento tras  Leonardo, Miguel Angel o Ticiano.

 (Fuente: epapontevedra.com)

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