En 1421 Giovanni Arnolfini, un banquero italiano establecido en la ciudad de Brujas, encargó al pintor J. Van Eyck un retrato matrimonial.
En aquel momento la ceremonia del matrimonio era un acto voluntario de los contrayentes para el que bastaba simplemente con la asistencia de un testigo. La ceremonia constaba de dos momentos, los contrayentes se tomaban las manos y acto seguido hacían un juramento con la mano alzada.
La escena se desarrolla en el interior de una habitación ricamente decorada símbolo del poder económico de la pareja. Giovanni y su esposa se dan la mano y, simultáneamente, realizan el juramento.
Los esposos van ataviados con ropajes indicativos de su posición social, junto con otros elementos como la alfombra traída de Anatolía o la fruta que inciden en la riqueza del joven matrimonio.
Junto a los esposos un pequeño perro de compañía que tradicionalmente se vincula a la fidelidad.
Además aparecen otros objetos simbólicos como el rosario hecho de cuentas de cristal, aludiendo a la pureza, que está colgado junto al espejo que al mismo tiempo ha sido decorado con las escenas de la Pasión de Cristo.
Otro elemento que aparece en la obra es la fertilidad. Giovanna recoge las telas de su vestido verde (color símbolo de la fecundidad) sobre su prominente vientre. Esta idea se subraya aún más con la presencia de una imagen de Santa Margarita, patrona de los alumbramientos, esculpida en la cama conyugal, donde se produciría posteriormente el nacimiento.
Para el pintor flamenco, el vientre se subraya de modo especial por considerarse una de las partes más importantes de la anatomía femenina.
La luz proviene de dos focos diferentes: un primer foco de la ventana abierta a espaldas de los esposos y otra luz que ilumina tenuemente los rostros. La única vela encendida de la lámpara es una alusión simbólica a Dios como testigo que todo lo observa.
En el fondo de la estancia un espejo cuelga de la pared reflejando el interior de la habitación y permitiendo ver la asistencia de dos testigos. Además aparece la inscripción " Johannes de Eyck Fuit hic", es decir, Jan Van Eyck estuvo aquí, lo que ahonda en la idea de que el propio pintor ejerció de testigo en la ceremonia.
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