Hugo Ball, director de teatro y su mujer, concibieron el proyecto de crear un café literario que acogiera a todos estos artistas exiliados, el Cabaret Voltaire, que abrió sus puertas el 1 de Febrero de 1916. Allí se congregaron Tristan Tzara (poeta, líder y fundador del movimiento), Jean Arp, Marcel Janko, Hans Richter y Richard Huelsenbeck entre otros.
La difusión del dadaísmo se debió a la publicación de la revista Dada, que gracias a ella, sus ideas se extendieron por Berlín, Colonia, París y Nueva York.
Se dice que el nombre del movimiento nació el 2 de febrero cuando Tristan Tzara tomó un diccionario, lo puso encima de su escritorio y queriendo buscar una palabra abrió el diccionario y buscó la palabra más rara y desconocida, y encontró dadà.
El mismo Tzara ofreció diversas explicaciones sobre la palabra, todas apuntando al sinsentido de la misma. Entre éstas encontramos, en el Manifiesto dadaísta de 1918, lo siguiente:
"Dadá no significa nada. Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere perder su tiempo con una palabra que no significa nada […]"
El dadaísmo nació como rebelión contra lo establecido, no sólo contra las técnicas o procedimientos artísticos empleados sino contra la actitud de conformismo y desinterés social que tenían los artistas y el público de la postguerra ante los atroces sucesos que se estaban desarrollado.
La influencia del dadaísmo hace que, en la actualidad, todavía se debata sobre qué es el arte y qué creaciones deben ser consideradas como artísticas. La ausencia de reglas fijas y convenciones que promulgaban los dadaístas aún tienen vigencia para muchos artistas. Los dadaístas nos hacen plantearnos los mismos límites del arte y su propio concepto.
El Dadaísmo se presenta como un rechazo absoluto de toda tradición o esquema anterior.
- Su búsqueda de nuevas formas de expresión les lleva a emplear en sus obras materiales inusuales o a mostrar planos de pensamiento que hasta ese momento no se habían mezclado, con la consecuente provocación que esto supone.
- Sus espectáculos, sus obras suelen ser gestos y acciones provocadoras con los que los artistas pretenden destruir todas las convenciones con respecto al arte, creando, de esta forma, un antiarte. Y es que con el dadaísta estamos ante un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético porque cuestiona la existencia misma del arte, la literatura y la poesía.
- El dadaísmo propugna la defensa del individuo, de lo inmediato, de la espontaneidad, de la aleatoriedad, de la contradicción, del caos y de la imperfección.
- Con el gesto, el escándalo y la provocación como formas expresivas el dadaísmo quiso enseñarnos que el arte estaba en la acción y que las fronteras de arte y vida debían ser abolidas.
- Además de dejarnos claro que todo en el arte es una convención que puede ser cuestionada y que, por tanto, no hay reglas fijas y eternas que legitimen de manera histórica lo artístico.
Coja un periódico
Coja unas tijeras
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que quiera darle a su poema
Recorte el artículo
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa
Agítela suavemente
Ahora saque cada recorte uno tras otro
Copie concienzudamenteen el orden en que hayan salido de la bolsa
El poema se parecerá a usted
Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendido del vulgo
Aquí podéis escuchar dos poemas dadaístas:
Hugo Ball: Karawane, 1916
Aquí puedes ver un film dadaísta:
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